martes

CUENTO

Cuento.
Cortázar decía que la novela ganaba por puntos y el cuento por knock out. Este amante del box se refería a la capacidad del cuento para el golpe final, el remate, el efecto se sorpresa que caracteriza a casi todos los textos de este género.
Algunas de sus características son: narra una historia (generalmente organizada en una introducción, un nudo y un desenlace) y no se detiene en intrigas secundarias que debiliten la trama, el argumento se condensa debido a la aparición de pocos personajes, las descripciones breves y precisas y los diálogos escuetos. Pero no por pocos serán menos importantes. Cuando un narrador de cuentos describe o presenta un diálogo, generalmente será fundamental para comprender la historia, no es un accesorio, sino una parte vital que no podrá suprimirse sin alterar el significado del texto.
Así, no debemos entender la brevedad como sinónimo de cantidad de páginas, sino como el espacio que se toma el relato para presentar el núcleo fuerte de la historia, sin que nada distraiga la tensión creciente que se resolverá en el efecto remate del final, independientemente de si tiene un renglón o setenta páginas. Van como ejemplos:
“Se supo viejo, definitivamente acabado, empezó a morirse, el día que vio arrugadas a las mujeres tatuadas en sus brazos” (V. Ferrer Azcoíti)
“- Y entonces, la princesa y el príncipe… El asesino esperó a que la abuela terminara el cuento” (Buenos sentimientos, de Hellen Ferrero)
“A la altura del sexto piso se angustió: había dejado el gas abierto” (El suicida, J.M. Peña Vázquez)
“El mago hizo desaparecer al voluntario. Dicen que pasó el resto de su vida en una celda tratando de hacer la otra mitad del truco” (A. S. Etcheverría)

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